Si tenemos un agujero en la pared no demasiado grande, podemos repararlo facilmente con una técnica bastante simple. Lo primero es alisar la superficie del agujero con un cortafierros, y cortamos una madera algo mas pequeña que el agujero, clavando en todas las caras dejando la cabeza del clavo algo por fuera para que nos sirva de anclaje. Una vez hecho esto, humedecemos bien todo y rellenamos con yeso hasta la mitad del agujero, presentamos la madera y terminamos de rellenar con yeso, alisando bien con una espatula. Dejamos tres días hasta que esté bien seco, y ya podemos lijar y pintar.